miércoles, 25 de septiembre de 2013

Obstinarse con el sueño,

vuelve al sueño un tanto hostil.





Hay mejillas de amapola
coloreando a un alma rota.
Voces, vivas, de algodones,
que curan los corazones.
Yo me escapo del sufrir,
si me quedo en sus vertientes.
Y sé rechinar los dientes
también para sonreír.

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You never gonna be alone.
El corazón no muere cuando deja de latir; el corazón muere cuando los latidos no tienen sentido...